Semana Santa
La Semana Santa de La Vila Joiosa, a pesar de no ser sus fiestas mayores o patronales, tiene una larga tradición en el municipio. Además de las celebraciones litúrgicas, los traslados y procesiones de las diferentes imágenes acompañadas de sus respectivas cofradías marcan el carácter solemne de la Semana Santa vilera.Una Semana Santa organizada por la Junta Central de Hermandades, que está compuesta por diez cofradías que se encargan de sacar a la calle la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
El Domingo de Ramos, la Cofradía de Jesús Triufante, rememora la entrada de Jesús en Jerusalén acompañada de niños y niñas vestidos de hebreos, algarabía, música…
Una alegría que deja paso al dolor de una madre representada en la procesión de Nuestra Señora de la Caridad, en la noche de Lunes Santo, por las calles del Casco Antiguo.
El Martes Santo tiene lugar uno de los traslados más antiguos y tradicionales de la Semana Santa vilera: “la bajada del Nazareno” desde la Ermita de San Antonio. Una cita a la que acuden centenares de vecinos que acompañan a la cofradía durante todo su recorrido.
El Miércoles Santo la Cofradía del Cristo de la Fe nos invita a la “Procesión del Silencio”. Oscuridad en las calles, sólo una tenue luz ilumina el rostro de Jesús en la cruz. Sólo el sonido de un tambor rompe el silencio.
El Jueves Santo. La Cofradía del “Ecce Homo” llena las calles de solemnidad con el traslado de su imagen acompañada por mantillas y penitentes.
El Viernes Santo, al amanecer, desde el barrio de la Huerta camina la “Verónica” para secarle el rostro a Jesús en un emotivo Encuentro, que se celebra en la entrada del casco antiguo de la ciudad camino del Calvario donde se reza un Via Crucis. Por la tarde el luto, el silencio, el dolor llena las calles del centro de la ciudad con la Solmene procesión del Santo Entierro, en la que participan las diferentes cofradías de pasión acompañando al Santo Sepulcro y a la Virgen de los Dolores.
La luz y la alegría vencen, y el Domingo de Resurreción los niños hacen sonar centenares de xiulets, la música, miles de aleluyas inundan las calles al paso del Ressucitat que se encuentra con su madre, la Mare de Deu de la Alegría, en un emotivo acto donde un niño/a recita el Verso de Pascua anunciando la buena noticia.